Las postales de Irene y Jacobo

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La boda de Irene y Jacobo nos parece especial por muchísimos motivos, pero sin duda, lo más destacable es el trasfondo tan personal de cada detalle y elección.

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Se conocieron en el colegio y no imaginaron casarse en otro sitio. Los padres de Irene, años atrás, se dieron el ‘sí quiero’ en la misma iglesia. Mientras que los padres de Jacobo lo hicieron en una finca familiar donde tuvo lugar la posterior celebración.
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La elección del catering no pudo ser más acertada y original. El emblemático cocido de Lhardy como protagonista de esta comida en el campo con familiares y amigos bajo el sol de octubre.
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La decoración tuvo un papel muy importante ya que ambos son amantes del diseño. Tanto es así, que la familia de Irene le regaló a Jacobo el día de su pedida una silla de diseño en lugar del clásico reloj.
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Sencillez, originalidad y elegancia una vez más reflejadas en el espectacular vestido de la novia, diseñado por Sofía Delgado e inspirado en el clásico modelo Delphos de Fortuny.
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La papelería fue un proyecto que realizamos mano a mano con Jacobo, que tenía una visión muy clara de la línea estética que quería seguir. El seating plan consistió en una lona minimalista que vistió el Taller de Lucía con su increíble trabajo floral.

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Tras la boda irían a vivir a Londres y, como detalle, colocaron unas postales sobre la mesa para que los invitados pudieran enviárselas a su futura casa.
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Realizamos doce diseños que representaban cada año de su noviazgo a través de la comida. Desde una bolsa de chuches compartida en el patio del colegio, hasta sus comidas de verano en Galicia.
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Doce postales a las que se les sumarán muchas más. Por lo pronto, la número trece será un cocido.
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Todas las fotos son de Dos más en la mesa.

Ha sido un regalo acompañaros,
Adela y Rocío